Esther Fuentes Marhuenda, Ángel Nadal Navajas
Como consecuencia de nuestra exposición a los compuestos presentes en objetos de uso cotidiano, como los cosméticos, los productos de limpieza o los envases alimentarios, nuestro organismo presenta niveles variables de contaminantes.
Algunos de esos compuestos alteran la acción de nuestras hormonas, por lo que se los denomina disruptores endocrinos. Actúan a dosis bajas en las diferentes etapas de nuestra vida, en especial durante el desarrollo fetal y la infancia. Debido a que modifican la expresión de genes a través de marcas epigenéticas, pueden perdurar de una generación a la siguiente.
Su acción podría contribuir al aumento de patologías como la diabetes mellitus, la obesidad, la infertilidad y el cáncer. A pesar de que la ciencia ha demostrado sus efectos negativos sobre la salud y el ambiente, las autoridades reguladoras todavía no han definido los criterios para su identificación.
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