El turismo social se ha convertido en una alternativa gubernamental para poder sortear momentos de crisis. Distintos gobiernos, desde diversas latitudes, apelan a políticas de este tipo tendientes a generar un flujo turístico adicional, que logre compensar las caídas en la demanda comercial, contribuyendo al equilibrio del sector y al desarrollo socio-económico del Estado. Este es el caso del Gobierno argentino en el periodo de la post-crisis del 2001, que, a partir de Programas de Turismo Social, pretende reactivar el turismo doméstico inmerso, desde entonces, en un profundo retroceso. Sustentada en un análisis documental, técnicas de observación participante y entrevistas y encuestas a los distintos actores clave, la investigación desarrollada a continuación logra identificar cuáles son los principales actores beneficiados con el turismo social en este contexto de crisis, así como aquellos otros que quedan relegados de la política gubernamental.
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