Barcelona, España
En el mes de marzo de 1928, un campesino sirio de la aldea de Burj al-Qasab, Mahmud Mella Az-Zîr, estaba trabajando en su campo cuando un golpe de su azada dio con los restos de una antigua tumba, datada en los siglos XIV-XIII a. C. Con aquel golpe, Az-Zîr acababa de sacar a la luz las primeras evidencias arqueológicas de la necrópolis de Minet el-Beida, el puerto de la antigua ciudad de Ugarit, situada apenas a un kilómetro del mismo. Aquel hallazgo fortuito dio inicio a una de las aventuras arqueológicas más interesantes de la historia del Próximo Oriente.
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