Madrid, España
A partir de 2008 da comienzo una nueva fase de la inmigración en España, con unos flujos de entrada, aunque moderados, de notable magnitud. Los inmigrantes llegados en este periodo se sitúan en mayor medida que en el anterior en posiciones centrales del núcleo familiar y constituyen más hogares propios, en detrimento de la corresidencia con inmigrantes más antiguos. Asimismo, la actividad continúa siendo elevada entre los recién llegados. De los resultados se deduce que estos flujos no se corresponden con procesos netos de reagrupación familiar o con familiares dependientes, sino que se puede esperar que mantengan su incorporación a la población activa.
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