La ilustración trajo profundos cambios en la sociedad. Voltaire ataca la absurda pretensión del Papado de la supremacía del poder temporal, que ya muchos Príncipes y Reyes se mostraban renuentes a aceptar. Obviamente la Santa Sede opuso una feroz resistencia, puesto que entendía que privada del poder temporal quedaba en manos de los Príncipes, como así sucedió.
La Compañía de Jesús -el verdadero poder que manejaba la Iglesia- fue la punta de lanza para luchar primero contra el protestantismo, y más tarde contra cualquier oposición al Papado. Mucho se ha debatido sobre los Jesuitas, su expulsión y final disolución;
pero como se pregunta Riera y Comas en su libro “¿Qué mal han hecho los Jesuitas? ¿Fueron realmente los Jesuitas tan perversos como a veces se les pinta? Esto pretendo dilucidar en mi comunicación, y contraponer al comportamiento ejemplar de algunos, los deleznables fines que otros perseguían.
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