Estados Unidos y las demás potencias han facilitado, con su retraso premeditado en la intervención en Timor Oriental, las matanzas que se preveían tras el referéndum en el que votó su separación de Indonesia. Ésta, aliada y cliente de Washington, pasa una situación interna delicada. La crisis de Timor puede acabar con su incipiente democracia y alentar las guerras y separatismos que se extienden a toda Asia.
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