Cuando la complejidad de un sistema es elevada se hace imprescindible el empleo de una metodología de diseño, como único camino para obtener una solución en el menor tiempo posible y con garantías suficientes de funcionamiento correcto. La metodología descrita en esta comunicación contempla tres niveles de diseño (arquitectura, microarquitectura y circuitos e interconexiones) y tres fases de diseño en cada nivel (síntesis, análisis y verificación). La partición en niveles de diseño minimiza las interdependencias entre los problemas asociados con cada nivel. La presencia de fases de análisis y verificación en cada uno de los niveles de diseño asegura la correspondencia entre las sucesivas representaciones del sistema. El carácter práctico y abierto de la metodología se pone de manifiesto al aplicarla en la realización de diferentes prototipos de una familia de procesadores de comunicaciones.
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