La reelección de Vladímir Putin, el 18 de marzo, parece estar asegurada. Su último mandato se ha visto marcado no solo por unas relaciones cada vez más tensas con los países occidentales, sino también por un giro conservador. Desde hace seis años, el jefe de Estado se deja ver con los dignatarios ortodoxos. Instrumentaliza así su influencia para revitalizar el patriotismo y resplandecer en el exterior.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados