Las empresas tecnológicas deben mejorar constantemente la eficacia de sus procesos innovadores debido a los ciclos de vida más cortos de los productos, la desregulación y la actividad de desarrollo fuera de la firma (la competencia). Por todo ello, la necesidad actual consiste en activar los procesos de innovación de forma global: los diferentes centros de operación que la empresa tiene distribuidos deben actuar completamente como antenas de la compañía. Más del 90% de la actividad de I+D de una compañía típica todavía se lleva a cabo en su país de origen. Esta cifra debe cambiar.
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