Mujer de aparato disciplinada y tímida, Marta Rovira se sentía cómoda trabajando en la sombra. Por eso fue que el ingreso en prisión del candidato de ERC al 21-D, Oriol Junqueras, y el auto que el pasado lunes confirmaba la medida preventiva han sido para ella un revés pero también una oportunidad. Oriunda de Vic, epicentro del independentismo catalán, la número dos de Esquerra asegura estar dispuesta a hacer “lo que haga falta” por el procés. Y eso incluye erigirse en la próxima presidenta de la Generalitat. Siempre que los resultados, los pactos postelectorales y la justicia no se interpongan en su camino.
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