Como en muchos otros casos, la censura de Prisa-Televisa disfrazada con la decisión de no renovar el contrato de Carmen Aristegui en W Radio, lo único que logró fue abrillantar el trabajo periodístico de la comunicadora y desplegar la solidaridad de un importante sector del gremio al que todavía le quedan residuos de asombro ante las acciones de intolerancia que se producen desde el poder económico o gubernamental.
Las reacciones que desató la salida de Carmen Aristegui y con ello la cancelación del programa Hoy por Hoy fueron variopintas y reveladoras de las distintas caras del mundo periodístico, de cómo se perciben los medios desde el poder, de cuáles son los espacios de la ciudadanía y de cómo están actuando los medios en el contexto sociopolítico que prevalece hoy día en México.
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