El recuerdo de los científicos en general, y el de los médicos en particular, no sobrevive en la memoria de las generaciones que les siguen ni figura en la historia. Los hechos que descubren se añaden a otros, se diluyen y esfuman en la masa común y anónima de aportes que constituyen la civilización. La ciencia es, como lo afirma López Ibor, un Saturno que devora a sus propios hijos.
The memory of scientists in general and physicians in particular, does not survive in the memory of the generations that follow them or figure in history. The facts discovered are added to other, diluted and disappear into the common mass of anonymous contributions that constitute civilization. Science is, as stated by López Ibor a Saturn devouring his own children.
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