El sedor seguros ha exhibido un comportamiento mucho más robusto que el bancario durante la crisis. No obstante, a pesar de que su rentabilidad media se ha mantenido por encima de los dos dígitos, define una tendencia claramente a la baja, fundamentalmente como consecuencia del escenario de tipos reducidos con el que estamos conviviendo en estos últimos años. Este fador presionará aún la rentabilidad del sedor durante algunos años, especialmente por el impado que tiene en la cartera de inversiones del ramo de vida. A pesar de todo, los niveles de rentabilidad del sedor en España se siguen comparando muy favorablemente con los de sus homólogos europeos. También en solvencia ha reforzado significativamente su posición y, globalmente, contrasta de manera positiva frente a la media europea y con la que definen los principales países, con la excepción de Alemania. Como ha ocurrido en general en el sedor financiero, también ha tenido lugar un proceso de concentración del sedor, aunque con mucha menor intensidad que en el bancario. Dicha concentración ha sido mayor en el ramo de vida, muy asociado al propio proceso de concentración del sedor bancario, que constituye la principal red de distribución de este tipo de seguros. Es previsible que persista dicho proceso, por la integración de las entidades pequeñas y muy pequeñas.
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