La teoría depredador-presa sugiere que los depredadores generalistas están vinculados a la estabilidad demográfica de las presas, mientras que los especialistas son desestabilizadores. En este artículo hemos hecho una revisión general de las consecuencias demográficas de diferentes estrategias de depredación y hemos intentado testar la hipótesis de que la caza de subsistencia se produce de forma oportunista, la caza de persecución sería la realizada por depredadores especializados y la caza recreativa por depredadores generalistas. Desde esta hipótesis, la caza de persecución tendría efectos desestabilizadores, mientras que los efectos de la caza de subsistencia y recreativa serían neutrales o estabilizadores. Hemos encontrado poco apoyo empírico para esta hipótesis, pero también es cierto que contamos con escasa información de campo. Los cazadores de recreo principalmente cazan de forma oportunista y la caza de persecución muestra una respuesta funcional de tipo III, es decir, disminuye la intensidad de presas cuando lo hace la abundancia de presas y aumenta dicha intensidad ante cierto nivel de abundancia de presas. Sugerimos que los cazadores de recreo limitan los efectos desestabilizadores sobre las poblaciones de caza y que la caza no es un método eficaz de eliminación completa de especies invasoras. Instamos a la realización de nuevos estudios que cuantifiquen las respuestas de los cazadores a la abundancia de presas, en particular estudios que evalúen las respuestas de los cazadores de subsistencia y la persecución ilegal.
Predator-prey theory suggests that generalist predators are linked to demographic stability of prey whereas specialists are destabilizing. We overview the demographic consequences of different predation strategies and hypothesize that subsistence hunting occurs opportunistically, persecution hunters behave like specialist predators, and recreational hunters behave like generalist predators. Under this hypothesis, persecution hunting would have destabilizing effects, whereas the effects of subsistence and recreational hunting would be neutral or stabilizing. We found poor empirical support for this hypothesis, but there was scarce empirical data. Recreational hunters mainly hunted opportunistically and hunting as managed persecution followed a type III functional response, i.e. with low hunting intensity at low game abundances and a switch to an increased intensity at some level of abundance. We suggest that recreational hunters have limited destabilizing effects on game populations and that hunting may be an ineffective way of complete the removal of invasive species. We urge for further studies quantifying the responses of hunters to game abundances, in particular studies evaluating the responses of subsistence hunters and illegal persecution.
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