El pronombre eso ha sido considerado tradicionalmente como un pronombre impreciso y vago. Sin embargo, siendo un elemento tan impreciso y vago, la pregunta que nos formulamos es cómo es posible que sea tan utilizado en las conversaciones cotidianas. Si fuera así, tendríamos que concluir que nuestras conversaciones tienden a la imprecisión y a la vaguedad y no parece que este sea el objetivo del hablante, quien busca que su conversación sea lo más eficaz que sea posible. En este artículo, se muestra, por un lado, que existen mecanismos gramaticales y semántico-discursivos (v.gr.: la organización impuesta por las relaciones retóricas) que permiten desentrañar el sentido de eso. Por otro lado, se tratará de mostrar que el pronombre eso, en determinadas estructuras (v.gr.: y eso) tiene un valor ilocutivo que lo hace altamente eficaz desde el punto de vista discursivo.
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