Este artículo pretende poner de manifiesto la variedad de la dieta militar romana durante el Alto Imperio en las provincias fronterizas noroccidentales del Imperio; en ella el trigo, si bien el alimento cuantitativamente más importante dentro de esta dieta, no era en absoluto el único, viéndose complementado por toda una serie de productos como aceite, legumbres, vino, cerveza o carne. De este modo, cabe destacar que el legionario romano recibía un rancho nutritivo y variado que contribuía en buena medida a mantener sus capacidades operativas mientras permanecía en el servicio activo.
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