La expresión de comentarios políticos en las redes sociales, donde el efecto boca oreja se multiplica exponencialmente, hace que los usuarios se vean sometidos a más impactos políticos. Impactos que no son sólo importantes por su elevado número sino por sus cualidades. Se trata de impactos políticos a partir de visiones de personas que tienen influencia social, personal y familiar. En este contexto adquiere especial valor la interacción, y los individuos que participan entran en un proceso de percibirse a sí mismos como personas que comprenden mejor los asuntos públicos. Es decir, se empoderan en contextos en los que cunde la simplificación. Pero el problema no es que haya simplificación en las redes sociales, el problema es que el "debate" político que se establece se eleva a la categoría de debate político, casi el único posible y trascendente
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