La esquizofrenia es una enfermedad que se caracteriza por la presencia de múltiples alteraciones cognitivas. Por ello, es habitual el establecimiento de pautas generales de intervención que aparentemente facilitan el procesamiento de la información por parte del paciente, tales como la realización de terapias en lugares tranquilos y estructurados. En este trabajo se analizan los resultados obtenidos en diferentes pruebas de evaluación neuropsicológica de tres personas diagnosticadas de esquizofrenia con el objetivo de reconocer la importancia de la individualidad de los perfiles cognitivos para optimizar las intervenciones. Algunos pacientes parecen funcionar mejor en ambientes que demandan mayor recursos atencionales que en ambientes menos demandantes
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