For decades, trans people have hardly been represented in American popular culture. And when they were depicted on screen, they were grossly misrepresented. But recent years have brought about changes and trans people have, to a certain degree, assumed center stage in popular culture. The luxury retailer Barneys New York and the award-winning jewelry designer Alexis Bittar have, for instance, showed transgender models; in February 2014, a memoir by Janet Mock, who was a former editor at People magazine and who focuses on her transition from male to female in her book, made the New York Times best-seller list; and Dancing with the Stars featured contestant Chaz Bono. Just as gay and lesbian characters have moved into the spotlight since the 1990s, transgender characters are increasingly gaining more visibility on TV, from Alex Newell as Wade “Unique” Adams on Fox’s Glee to Laverne Cox as Sophia Burset on Netflix’s Orange Is the New Black, for which she made history as the first openly transgender Emmy acting awards nominee. In the past two years then, TV shows have shown an increasing presence of trans people after Cox became a breakout star and after Amazon Studios has placed a transgender character center stage with the 2014 premiere of Transparent.
In this paper, I will analyze how queer politics and identity are negotiated in recent TV series, looking into the possibilities for resistant queer performances via the politics of trans feminism, that is transgender perspectives on feminism, or feminist perspectives on transgender issues. I will argue that recent TV series like Orange Is the New Black and Transparent, which feature queer and transgender characters, can be seen not only as instruments for global consumer capitalism but also forums for feminism, queer, and trans activism. The characters depicted in these shows not only help push the boundaries of acceptance in film and television, but also contribute to the cultural politics of television, the way in which the content of these shows themselves engage with the politics of their time. Relying on Queer Theory as well as Trans Theory, I will read these recent TV shows for their queer and trans politics, showing that popular culture, especially recent Quality TV shows, constitute important political interventions into sexual politics.
Durante décadas, las personas trans han sido escasamente representadas en la cultura popular estadounidense. Y cuando han sido representadas en la pequeña pantalla, no han recibido un trato equitativo. No obstante, en los últimos años se han materializado diversos cambios y las personas trans han ocupado, hasta cierto punto, un papel más relevante en la cultura popular. Barneys (New York) o el galardonado diseñador de joyas Alexis Bittar han empleado, por ejemplo, modelos transgénero. En febrero de 2014, Janet Mock, ex-editora de la revista People, ya relataba su transición en sus memorias, llegando a colarse en la lista de best sellers del New York Times; programas de entretenimiento como Dancing with the Stars acogían en sus concursos a personalidades trans como Chaz Bono. Al igual que tanto gays como lesbianas gozan de cierta atención mediática desde la década de 1990, las personas transexuales están ganando cada vez más visibilidad en el medio televisivo, algunos tan populares como Alex Newell en el papel de Wade “Unique” Adams en Glee (Fox) o Laverne Cox como Sophia Burset en Orange Is the New Black (Netflix), convirtiéndose esta última interpretación en la primera nominación transgénero a un Emmy. En los últimos dos años, diversos programas de televisión han incrementado la presencia trans después de que Cox se convirtiera en una estrella mediática y después de que Amazon Studios apostara por un personaje transgénero en Transparent (2014).
En este artículo, por tanto, analizaremos cómo la política queer y la identidad se negocian en recientes series de televisión, examinando la posible resistencia queer a través del trans-feminismo, es decir, las perspectivas transgénero sobre el feminismo o las perspectivas feministas sobre las cuestiones transgénero. Argumentaremos que series de televisión actuales como Orange is the New Black y Transparent, que cuentan con personajes queer y transgénero, pueden leerse no sólo como instrumentos del capitalismo global de consumo, sino también como espacios comunes para el feminismo, lo queer y el activismo trans. Los personajes representados en estos programas no sólo ayudan a aumentar los límites de la tolerancia y aceptación en el cine y la televisión, sino que también contribuyen a enriquecer la cultura televisiva y su ideología, de modo en que su contenido refleja la ideología de su tiempo. Basándonos en las críticas queer y trans, veremos cómo estos programas de televisión y su ideología en torno al género, especialmente a través de programas de televisión de calidad, constituyen importantes intervenciones políticas en el ámbito de lo sexual.
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