A lo largo de la vida ocurren hechos que no son tal como lo esperábamos: algunas veces son mejores, otras peores; las neurociencias, incluida la psicología, estudia ampliamente los mecanismos y efectos que ellos provocan. Desde el punto de vista teórico, la frustración se define como la respuesta del organismo desencadenada cuando un sujeto experimenta una omisión o devaluación sorpresiva en la calidad o cantidad de un reforzador apetitivo, en presencia de señales previamente asociadas a un reforzador de mayor magnitud (Amsel, 1992). En este artículo me limitaré a presentar las teorías principales sobre la frustración y ejemplos de las relaciones que existen entre ella y las respuestas sociales, en modelos animales y humanos.
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