En este artículo se discute, mediante un caso, la inconsistencia que puede haber en la contabilidad de un arrendamiento, entre el arrendador y el arrendatario. A pesar de que las normas de contabilidad, según promulgadas por la Junta de Normas para la Contabilidad Financiera (FASB por sus siglas en inglés), pretenden lograr simetría en la contabilidad, las partes involucradas pueden manipular los términos del contrato de arrendamiento de manera que cada una pueda tener la contabilidad que mejor convenga a sus intereses. El arrendador prefiere capitalizar el arrendamiento porque reconoce mayores ingresos durante los primeros años del mismo (en comparación con un arrendamiento operacional). Por otro lado, el arrendatario prefiere no capitalizar porque los arrendamientos capitalizables resultan en mayores gastos (que los operacionales) durante los primeros años del arrendamiento. El artículo explica, a través de un ejemplo, cómo se puede estructurar un arrendamiento para que ambas partes queden ""satisfechas", aprovechándose de las fallas en las normas de contabilidad.
The mystery of the missing asset
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