Jorge Aragón Fitera, Juan Pérez-Valcárcel
En el año 2012 se realiza una intervención de refuerzo estructural sobre una edificación situada en Gondomar (Pontevedra) que consta de dos volúmenes independientes, separados por un espacio público a nivel de la calle, y con dos sótanos corridos bajo rasante destinados a aparcamiento.
La patología que presentaba dicha edificación era una fisuración múltiple derivada del movimiento periódico vertical, ocasionado por una fuerte variación de la subpresión freática, al estar la cimentación original proyectada inadecuadamente mediante una losa anclada con pilotes de barrena tipo CPI-8 y sin considerar convenientemente las características del complejo terreno de cimentación, adyacente a un río de cauce variable.
El objetivo de la intervención era estabilizar definitivamente la edificación, mediante la mejora de su cimentación así como la posterior reparación de los elementos estructurales y constructivos afectados.
La metodología básica empleada pasó por un control de los movimientos de ascenso/descenso del edificio durante un periodo de un año, tanto en período de lluvias como en período seco; igualmente se controló el nivel freático, la permeabilidad del terreno, la inclinación de los pilares del sótano y la evolución de la fisuración principal. El resultado avaló una variación vertical máxima del edificio de 23 cm causados por oscilaciones de hasta 6,90 m de nivel freático.
El resultado final consistió en proyectar un sistema de refuerzo estructural a base de una malla de anclajes de acero postesado de profundidad variable, al terreno rocoso subyacente, junto con el lastrado de la losa de cimentación existente mediante un recrecido de su canto.
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