El láser viene aplicándose en cirugía maxilofacial desde hace 20 años. El reducido nivel de penetración y el amplio margen de vaporización son propiedades que hacen del láser con dióxido de carbono el método idóneo para la extirpación de leucoplasias. Este sencillo procedimiento técnico puede aplicarse de forma repetida, caso de ser necesario, sin que ello influya en los resultados. Dado que tras su aplicación no quedan cicatrices, la ventaja principal del tratamiento de las leucoplasias mediante laserterapia radica en la preservación completa de la función. De ahí que dicho método pueda ser recomendado como tratamiento estándar.
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