Francisco Javier Vigier-Moreno
La motivación es uno de los elementos primordiales a la hora de conseguir que el estudiantado se involucre en su proceso de enseñanza-aprendizaje y adquiera, por tanto, un aprendizaje profundo de la disciplina objeto de estudio. No obstante, en los programas universitarios de formación de traductores, los estudiantes suelen enfrentarse a las asignaturas de traducción jurídica con una generalizada falta de confianza (que, a su vez, suele desembocar en una falta de motivación) que se debe, fundamentalmente, a sus limitados conocimientos en cuanto a derecho, ordenamientos jurídicos y discurso jurídico. Según defiende Stobart (2010), la evaluación para el aprendizaje fomenta que el estudiantado desempeñe un papel activo en su proceso de aprendizaje autorregulándose con autonomía por medio de la autoevaluación, lo que, en consecuencia, aumenta la confianza en sí mismos y su motivación. Con el fin de aplicar la autoevaluación como oportunidad de aprendizaje en la formación universitaria de traductores jurídicos, hemos diseñado un modelo de autoevaluación del desarrollo de la competencia en traducción jurídica, que se fundamenta, principalmente, en el modelo de evaluación sistemática de competencia traductora desarrollado por Way (2008), que permite la identificación de elementos exitosos y erróneos en cuanto a la apliación de subcompetencias en una determinada tarea de traducción, y el modelo de competencia en traducción jurídica de Prieto (2011), que describe, desde una perspectiva profesional y enfocada al proceso traductor, las habilidades, destrezas, conocimientos y actitudes que debe reunir todo traductor jurídico competente. En este artículo, describimos cómo hemos aplicado este modelo de autoevaluación en nuestras clases de traducción jurídica de grado y desvelamos cómo esta práctica autoevaluativa ayuda a los estudiantes a la hora de identificar fortalezas y debilidades en cuanto al desarrollo de una determinada subcompetencia y, sobre todo, de apuntar acciones de mejora a corto y largo plazo que subsanen las deficiencias señaladas, ya que, de este modo, los estudiantes pueden comprobar su propio rendimiento y trazar su camino hacia el nivel de desarrollo competencial en traducción jurídica al que aspiran.
Motivation is critical for students to get involved in their learning process and acquire a deep learning of what they are studying. Translation undergraduate students, however, tend to face their courses in legal translation with a general lack of confidence, and hence of motivation, due to their usually limited knowledge of law, legal systems and legal discourse.
Assessment for Learning, as defined by Stobart (2010), triggers learners’ active role in their learning through efficient feedback, providing opportunities for students to become autonomous and self-regulated through self-assessment, which in turn boosts students’ selfconfidence and motivation. With the aim of applying self-assessment in undergraduate legal translator training, we have designed a specific legal translation competence selfassessment grid, chiefly drawing upon the model of systematic assessment of translator competence drawn up by Way (2008) and the model of legal translation competence developed by Prieto (2011). In this paper, it is our intention to discuss our experience applying this self-assessment grid with our undergraduate legal translation students and present how our self-assessment model can help trainees identify their strengths and weaknesses in the development of a given subcompetence and encourage them to pinpoint future actions for improvement.
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