La Arquitectura actúa como la personificación visual de la cultura en el turismo patrimonial, sugiriendo una historia narrativa de “lugar”. En Chichén Itzá los temas sobre comercialización y desarrollo han eclipsado en ocasiones esta narrativa cultural en lugar de volverse ellos mismos aspectos centrales para comprender el complejo arquitectónico como un moderno sitio de la identidad maya en el Yucatán. Desde los orígenes del turismo en masa en el área en los años 70 y enormemente afectado por la creciente industria turística, el lugar ha visto llegar a turistas de todo el mundo para experimentar los restos arqueológicos por motivos religiosos, espirituales, educativos y de ocio. Sin embargo y pese a esta fama, la interpretación de Chichén Itzá es representativa de un número de temas comúnmente asociados a la presentación de lugares arqueológicos particularmente la introducción del turismo en masa y el cambio hacia la comercialización y accesibilidad del sitio a expensas del patrimonio maya local. A pesar de estas significativas preocupaciones, el complejo de Chichén Itzá puede ser interpretado como representativo tanto de las antiguas como de las modernas poblaciones mayas a través de la participación activa de los residentes locales mayas en la gestión arqueológica del sitio y a través de la conexión teológica de la interpretación de las prácticas culturales de los antiguos maya. La interpretación patrimonial ejemplifica un discurso en creciente desarrollo y crecientemente multidimensionado, donde las prácticas que están surgiendo son investigadas, permitiendo un gradiente de prácticas “exitosas” que son juzgadas utilizando diversos criterios. De forma paralela a la antigua estructura e historia políticas mayas y bajo estos criterios emergentes, la interpretación del sitio puede ser contada a través de las conexiones históricas mayas, poniendo el acento sobre la investigación del pasado para buscar pistas y acomodando las cambiantes necesidades en arquitectura.
Architecture acts as the visual embodiment of culture in heritage tourism, suggesting a narrative history of “place.” At Chichén Itzá issues of commercialism and development have at times eclipsed this cultural narrative, instead becoming themselves central to the understanding of the architectural complex as a modern site of Yucatán Maya identity. Since the inception of mass tourism to the area in the 1970s, the site has seen visitors from all over the world come to experience the archaeological remains for religious, spiritual, educational, and leisure purposes. Despite this fame, however, the Chichén Itzá interpretation is representative of a number of common issues associated with the popular presentation of archaeological sites, particularly the introduction of mass tourism, and the shift toward commercialization and accessibility of the site at the expense of the local Maya heritage. Despite these significant concerns, the complex at Chichén Itzá can be interpreted as representative of both the ancient and modern Maya populations through the active participation of local Maya residents in the archaeological management of the site. Heritage interpretation exemplifies an increasingly faceted and evolving discourse, where emerging practices are investigated, allowing for a gradient of “successful” endeavors, which are judged using a variety of criteria. With parallels to ancient Maya political structure and history, and under these emerging criteria, the interpretation of the site can be told through historical Maya connections with an emphasis on looking to the past for cues, and accommodating changing needs in architecture.
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