Pablo Ramil Rego, Castor Muñoz Sobrino, Luis Gómez Orellana, Manuel Rodríguez Guitián
En este trabajo se realiza una síntesis global de la evolución del clima y de los hábitats terrestres, haciendo hincapié en los aspectos ambientales que han tenido mayor repercusión en la configuración biogeográfica actual del NW ibérico y del poblamiento humano. Aunque la historia ambiental del territorio puede remontarse a los períodos más antiguos de la historia de la Tierra, los factores que han determinado y configurado la biocenosis en la que vivió el hombre primitivo se pueden relacionar con las fluctuaciones cíclicas entre fases glaciares e interglaciares que se suceden desde el final del Terciario. Como consecuencia de esta sucesión cíclica muchas de las especies termófilas que se habían expandido desde el final del Mesozoico, se extinguirán o sufrirán un progresivo confinamiento en las distintas áreas de refugio del Sur de Europa, especialmente en la Península Ibérica, Italia y en la Península Balcánica. Desde estas áreas de refugio se expandirán, en los períodos interglaciares, hacia los territorios más septentrionales o los territorios de mayor continentalidad o altitud. La sucesión de fluctuaciones climática y ambientales que marcan el final del Cenozoico, condicionarán por lo tanto el área de distribución de la flora y fauna de todo el continente europeo, afectando igualmente a la expansión de los distintos grupos humanos y a su evolución cultural.
This paper offers a global synthesis of the evolution of climate and terrestrial habitats, stressing the environmental aspects which have had greatest repercussions on the present-day biogeographical configuration of the NW Iberian Peninsula and its human population. Although the environmental history of the territory can be dated to the oldest periods in the history of the Earth, the factors, which have determined and shaped the biocenosis in which primitive man lived, can be related to the cyclical fluctuations in the succession of glacial and interglacial phases that took place from the end of the Tertiary. This cyclical succession brought about the extinction of many of the thermophiles species which had been in expansion from the end of the Mesozoic or resulted in their progressive confinement to the different areas of refuge in the South of Europe, especially in the Iberian Peninsula, Italy and the Balkan Peninsula. They spread from these refuge areas in interglacial periods towards mores septentrional areas or areas situated at higher altitudes. The succession of climatic and environmental fluctuations, which marked the end of the Cenozoic, conditioned, therefore, the area of distribution of the flora and fauna of the whole European continent, and equally affected the expansion of the different human groups and their cultural evolution.
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