Las dieciséis patentes que Pascual Montiel llegó a registrar entre los años de 1953 y 63 nos hablan de una gran inquietud creativa y un esfuerzo constante por alcanzar la perfección en sus inventos. Los recursos más importantes de Cieza en la etapa de la autarquía franquista: esparto, aceite y fruta, fueron el objetivo de sus investigaciones. Es posible que hoy día ya nadie lo recuerde pero sus patentes son testigos mudos de su trabajo e ingenio. Soluciones como sus máquinas de laminar, picar y rastrillar esparto, que durante una década fueron objeto de constantes perfeccionamientos, serían publicitadas y comercializadas por su creador, formando parte del tejido industrial de la ciudad.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados