El grado de competencia del estomatólogo en lo referente a urgencias debería permitirle dominar las complicaciones habituales de su terapia y además las más infrecuentes, de carácter más grave con afección vital. Al primer grupo pertenecen las situaciones de emergencia médica y al segundo, principalmente, los incidentes debidos a la anestesia local. Antes del tratamiento deberían valorarse las enfermedades importantes. Cuando, a pesar de una minuciosa preparación tiene lugar un incidente, estomatólogo debería estar en condiciones de detectar los síntomas típicos de los casos urgentes más importantes y de poner en marcha las medidas iniciales. Ello se refiere sobre todo a las alteraciones de las funciones vitales, conciencia, respiración y circulación. En tales casos hay que avisar inmediatamente al médico de urgencias. Hasta su llegada deben instaurarse las medidas básicas de la reanimación cardiopulmonar. Del estomatólogo se espera que logre iniciar y mantener dicha reanimación. La organización de urgencia y su desarrollo deben ser ensayados regularmente con los colaboradores.
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