Teniendo en cuenta el Jubileo de la Misericordia (2016) y la Encíclica Laudato Si, este artículo analiza algunos desafíos éticos que reflejan un mundo inmisericorde y hace algunas sugerencias para un nuevo estilo de vida basado en la misericordia, la gratuidad, la fraternidad y el común bueno. Se destaca que la familia humana "es la primera y más importante escuela de la misericordia". Necesitamos poner en práctica ese tipo de relaciones misericordiosas que generalmente vivimos en casa durante la infancia que nos ayudan a descubrir el verdadero rostro de nuestro Padre celestial. El futuro de nuestra casa común depende de ello.
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