En los sistemas vivientes (y aún en los no vivientes) se encuentra una aparente diversidad de tamaños, estructuras, conductas y formas de organización, todas ellas generadas en procesos singulares de autoorganización que se basan en leyes físicas, químicas y genéticas. La tecnología humana se ha derivado en gran parte en la observación y reproducción de la enorme riqueza natural, y aún con los éxitos recientes y progresivos, todavía esta distanciado tal avance en comparación con el orden natural. La labor de simplificación artificial, en las aplicaciones del diseño, se mantendrá en movimiento al tratar de comprender como funcionan los fenómenos y mecanismos naturales.
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