En la actualidad, la convivencia escolar de los estudiantes se ve afectada por un alto grado de intolerancia, la cual se manifiesta en acciones de maltrato, bullying y otros hechos que acaban por ser contraproducentes para el normal desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje en las diferentes áreas del conocimiento escolar. Ante ello, la filosofía no puede permanecer aislada, dado que esta puede ser considerada como un vehículo a partir del cual el ser humano logra realizar procesos de reflexión, autorregulación de conductas, análisis, crítica y de formación ciudadana; es decir, la filosofía propicia espacios y brinda las herramientas para que el educando aprenda a pensarse en su propia realidad frente a la existencia de los otros en el contexto de la tolerancia.El presente artículo presenta el informe final de un proceso de investigación que da cuenta de los alcances del diseño de una unidad didáctica bajo la estrategia del programa propuesto por Matthew Lipman, Filosofía para Niños (FpN), con el cual fue posible generar espacios para la reflexión, el reconocimiento del otro, la autorregulación y la evolución conceptual; elementos que les permitieron iniciar cambios de conductas al aceptar convivir en la escuela desde el reconocimiento del otro y su diferencia.
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