Objetivos: Valorar el impacto de un programa de educación sanitaria sobre la calidad de vida y sobre la frecuentación a consulta de personas con fibromialgia (FM). Material y método: Evaluación clínica prospectiva de una cohorte de voluntarios ante una intervención en salud. Emplazamiento: Centro de Salud Alcalá de Guadaira A, con una cobertura poblacional de 75.000 habitantes. Se constituyó el grupo poblacional sobre la base del número de pacientes diagnosticadas de FM por el reumatólogo o el internista de la zona, según los criterios del American College of Rheumatology de 1990 que consultaron en nuestro centro a causa de su enfermedad en el último año, excluyendo aquellas que padecieran enfermedades reumatológicas graves. Se cumplimentó un protocolo de valoración clínica; para la evaluación de la calidad de vida se utilizó el Fibromyalgia Impact Questionnarie, versión española (SFIQ). Para la percepción de apoyo social (Medical Outscome Study) y para la valoración de síntomas ansiosos depresivos se utilizó la escala de ansiedad y depresión de Golberg. Se registraron datos demográficos, aspectos laborales, tipo de sensación, número de visitas en el último año a consulta por este motivo, patología coadyuvante, y tipo y número de fármacos consumidos. Posteriormente a la recogida de datos se distribuyó la muestra aleatoriamente en grupos de intervención; se le realizaron, durante 6 meses, cuatro sesiones/mes de educación sanitaria de una hora de duración cada una y en intervalos de una semana. Para ello se dividió a las participantes en 6 grupos de 12. El contenido de las sesiones fue el siguiente: a) información general de la enfermedad; b) medidas fisicorrehabilitadoras/ejercicio físico e higiene postural, y c) técnicas de relajación (se utilizó la técnica de Jacobson). Al mes de la intervención se volvió a administrar el SFIQ a todas las participantes del estudio. También medimos síntomas de ansiedad/depresión según la escala de ansiedad y depresión de Golberg. Recogimos la frecuentación durante un año después de la intervención. Resultados: En nuestro centro de salud estaban diagnosticadas de FM 114 pacientes; todas mujeres, con una media de edad de 43,05 años. Las pacientes eran amas de casa en un 70% y no tenían hábitos tóxicos. Un 86,8% tomaba antiinflamatorios y/o analgésicos de forma habitual, el 74,6% tomaba antidepresivos, el 77% tomaba ansiolíticos y un 25% tomaba 3 o más fármacos de forma simultánea. En su mayoría, el 89% no realizaba ejercicio de forma habitual. Los principales síntomas referidos fueron cervicalgia, dolor de espalda y trastornos del sueño en un 86%. La depresión fue la comorbilidad más frecuentemente encontrada (86%), seguida de la ansiedad (82%), la hipertensión arterial (64%) y la diabetes mellitus (43%). La puntuación media del SFIQ fue de 52,51. La mitad de ellas contaba con una buena red de apoyo social, careciendo totalmente de ella 3 pacientes. La media de frecuentación era de 18,53 visitas/año. Tras la intervención, encontramos una disminución en el puntaje del SFIQ (p<0,005) y una reducción de hasta un 60% del número de visitas médicas por este motivo (p<0,005). Hubo una notable mejoría en cuanto a los síntomas ansiosos y depresivos (p<0,005). Conclusiones: La educación sanitaria en pacientes con FM modifica su percepción de calidad de vida. Aumenta su conocimiento sobre la enfermedad, disminuyendo su dependencia de los servicios sanitarios. Existe además una tendencia a disminuir los niveles de ansiedad y depresión.
Objectives: To assess the impact of a health education program on the quality of life and frequency of clinic visits on patients with fibromyalgia (FM). Material and method: A prospective clinical study on a volunteer cohort before a health intervention. Setting: Health Centre A Alcala de Guadaira, Seville, Spain, which covers a population of 75,000 inhabitants. The population group was based on the number of patients diagnosed with FM by a rheumatologist or area resident according to the criteria of the American College of Rheumatology of 1990, who attended our clinic due to their disease in the last year, excluding those who suffered severe rheumatic diseases. A clinical assessment protocol was completed. The Fibromyalgia Impact Questionnaire, Spanish version (SFIQ) was used to assess the quality of life, the Medical Outcomes Study for the perception of social support, and for the evaluation of anxiety-depression symptoms, the Goldberg Anxiety-depression Scale (GADS) was used. Demographic data, occupational aspects, type of sensation, number of clinic visits in the past year for this reason, concomitant illnesses, and type and number of drugs taken. After collecting the data, the sample was randomly distributed into intervention groups. The participants were divided into 6 groups of 12, and they attended four 1-hour sessions of health education per month, at weekly intervals. The sessions contained the following: a) general information on the disease; b) physical-rehabilitation/physical exercise measures and postural hygiene, and c) relaxation techniques (the E. Jacobson technique was used). After one month of intervention, the SFIQ was completed again by all the study participants. The anxiety-depression symptoms were also measured according to GADS. We recorded the frequency of visits for one year after the intervention. Results: There were 114 patients diagnosed with FM in our health centre; all were women with a mean age of 43.05 years, with 70% being housewives who did not drink or smoke. A total of 86.8% regularly took anti-inflammatory drugs and/or analgesics, 74.6% antidepressants and 77% tranquillisers, with 25% taking 3 or more drugs simultaneously. The great majority, 89% did not do any regular exercise. The main symptoms referred to were, neck pain, back pain and sleep disorders in 86%. Depression was the most common comorbidity found (86%), followed by anxiety (82%), high blood pressure (64%), and diabetes mellitus (43%). The mean S-FIQ score was 52.51. Half of them had a good social support network, with 3 patients totally lacking support. The mean frequency of visits was 18.35 per year. After the intervention, we found a decrease in the S-FIQ score (P<0.05) and a reduction of up to 60% in the number of clinic visits for this reason (P<0.005). There was a notable improvement in the anxiety and depression symptoms (P<0.005). Conclusions: Health education for patients with FM, changes their quality of life perception, increases their knowledge of their disease, thus decreasing their dependency on health services. There is also tendency to decrease anxiety and depression symptoms.
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