A pesar de los pronósticos de desastre electoral par ale Partido Laborista ante las elecciones del Reino Unido, su líder Jeremy Corbyn se hizo con el 40% del voto popular, sus mejores resultados desde las victorias de Tony Blair en 1997 y 2001. La campaña del partido incluyó un uso eficaz de las redes sociales, la tradicional captación de voto puerta a puerta y exitosos mítines políticos al aire libre. El triunfo de los laboristas demostró que pueden luchar con política tradicionalmente de izquierda y que es posible movilizar políticamente a los votantes más jóvenes y alo "olvidados".
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