Sinergias turísticas en entornos rurales: entre el mito y la realidad. El caso del Geoparque Villuercas - Ibores - La Jara

• Autores: José Manuel Sánchez Martín, Marcelino Sánchez Rivero
• Localización: X CITURDES: Congreso Internacional de Turismo Rural y Desarrollo Sostenible, 2016, ISBN 978-84-617-5616-2, págs. 433-448
• Idioma: español
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• Resumen

  • El Geoparque de Villuercas - Ibores - Jara se configura como un espacio rural que abarca 2.546 Has.

    en el que apenas residen 13.840 habitantes. En este territorio se superponen numerosos atractivos geológicos y geomorfológicos que le han hecho formar parte de la Red de Global de Geoparques en 2015, auspiciada por la Unesco, si bien, ya desde 2011 formaba parte de la Red Europea. Junto a la notable belleza de sus formas de relieve, también atesora una importante variedad y cantidad de patrimonio cultural, de épocas prehistóricas e históricas diferentes, entre las que destaca como principal monumento el Real Monasterio de Guadalupe (declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993). Coexisten, por lo tanto, dos bienes protegidos por la Unesco, de lo que se infiere el enorme potencial turístico disponible, aunque el mismo no se ve refrendado, en buena parte del territorio, por la presencia de una oferta de alojamientos adaptada a dicha capacidad de atracción y que permita desarrollar el sistema turístico en buena parte del espacio que configura el Parque. Tan solo destaca Guadalupe como principal centro neurálgico que aglutina un volumen importante de turistas y excursionistas. Acapara además el 46% de la oferta de alojamientos. A gran distancia le siguen unos pocos municipios más (Castañar de Ibor, Alía y Cañamero) que disponen de más de 100 plazas de alojamiento, si bien, la nota dominante es la carencia de infraestructuras de hospedaje o, cuando existen, su escasa capacidad para acoger turistas. A todo ello se le añaden las trabas que le impone su localización geográfica periférica y su red viaria interna deficiente. Un sucinto análisis de la demanda turística que llega a Guadalupe deja patente que el viajero que elige este destino aprovecha su estancia para conocer el Geoparque. Por ello, pensamos que es un espacio idóneo en el que adoptar un modelo de sinergias turísticas, donde el principal foco atractor sea capaz de derivar turistas hacia el entorno próximo. Este aspecto centra nuestro estudio, donde analizamos no solo el potencial de atracción que tiene el territorio, sino también la capacidad de dispersión de turistas y/o excursionistas que tienen su centro de operaciones en el núcleo de mayor desarrollo turístico, Guadalupe. Ello servirá de contraste para determinar si realmente se producen sinergias entre los núcleos insertos en el Geoparque.