El espacio construido ha evolucionado y aquellos que ocupamos este espacio no hemos mantenido el ritmo de esta evolución. Es preciso crear nuevos órganos para ampliar nuestros sentidos y nuestro cuerpo a nuevas dimensiones aún inimaginables y quizá imposibles, es necesario re-significar la realidad. El arte y la arquitectura pueden ser el último recurso de libertad que tenemos para la reflexión de lo que realmente sucede con lo ya construido y sobre el lugar que estamos dejando a nuestros hijos.La ciudad imaginada, los territorios, lo imaginario y lo simbólico.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados