Se han enterrado las hachas de guerra. Después de más de un año de discordias, anunciantes, agencias de publicidad, productoras y agencias de modelos se han reunido a fumar la pipa de la paz. Una pipa en forma de contrato de cesión de imagen, que, largamente deseado por los modelos, firmarán los anunciantes delegando en las agencias de publicidad. Para su entrada en vigor, tan sólo resta la matización de los aspectos operativos del documento. Sin embargo, esta promesa de armisticio puede convertirse en una simple tregua. Los modelos, atrincherados tras un dictamen emitido por la Inspección de Trabajo de Barcelona, se resisten a dar por concluida la batalla. Elaborado a petición de la Asociación Española de Modelos y Maniquíes Profesionales (AEMMP), el dictamen establece como precedente la inclusión que entraña el reconocimiento de este tipo de prestaciones como relación laboral. Algo que el resto de implicados en esta historia no parecen muy dispuestos a admitir.
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