Para la publicidad social italiana, el otoño de 1990 ha sido una estación de protagonismo: cinco campañas, planificadas en rápida sucesión, han llevado al mundo habitualmente brillante de la publicidad la temática de las columnas de sucesos. Una batalla inacostumbrada, un insólito activismo, para hablar de racismo, droga, violencia, sida y seguridad vial: malestares y dramas del presente que desde hace unos meses se han asomado con insólita frecuencia entre un anuncio comercial y otro, con la intención de sensibilizar a la opinión pública o, al menos, a una parte de ella.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados