En este trabajo se reflexiona sobre el sufrimiento que ocasiona el abuso sexual infantil y sus graves consecuencias, que no sólo dejan una huella profunda en el tierno psiquismo sino que además distorsionan el desarrollo evolutivo de las víctimas. Por ello, se defiende la necesidad de la creación de la Oficina de Atención al Menor como recurso imprescindible para la adecuada intervención judicial y terapéutica con los niños violenatdos, dado que es la única instancia con autoridad y capacidad para conjuntamente proteger a los menores de edad, penalizar los abusos y reparar dichos actos, a fin de restituirles la dignidad personal y favorecerles el libre desarrollo.
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