A mediados del mes de abril del pasado año fue traída a la Clínica Comercial de la Facultad de Medicina Veterinaria, una burrita joven, que presentaba una extensa dermitis localizada en las caras internas de los miembros posteriores, en la cara externa de ambos metatarsos y en los labios. Por asociación de ideas, inmediatamente recordamos haber visto una enfermedad cutánea parecida en muchos caballos,que en el curso de algún tiempo habían llegado a la Clínica Quirúrgicav cuyo díagnóstico etiológico jamás se aclaró. Interesado por el caso, solicité del profesional encargado de la Cínica Comercial, el traslado de la enferma a la Clínica de Enseñanza.
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