En los pequeños rebaños, tan comunes en nuestro país, las ovejas no se lavan antes del esquileo, razón por la cual suministran siempre una lana muy sucia. El lavado de la lana es, cuando se hace bien, una operación delicada, pues la lana debe quedar muy limpia sin perder de su valor. Es preciso no refregarla, no torcerla y no comprimirla, o sea, en otras palabras, que urge evitar todos los manipuleos perjudiciales para los hilos.Desde el punto de vista industrial podemos hacer notar que existen hoy día maquinarias que ejecutan admirablemente esa operación.Cuando se trata de rebaños pequeños, y no se justifica en consecuencia la maquinaria, puede seguirse el procedimiento siguiente: Primer baño. Se pone el vellón en agua fría con el fin de sacarle las sustancias solubles.
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