Convencido de la necesidad de propender por el adelanto de laganadería nacional, creo que es mi deber dar a la publicidad lassiguientes líneas, para contribuir en alguna forma a modificar algunas creencias erróneas muy arraigadas en la mente de los ganaderos.Piensa la mayor parte de ellos, que los animales nacidos o criados en zonas infectadas por las garrapatas son inmunes a las enfermedades que este parásito ocasiona (ranilla, peste); y convencidos de ello exigen por sus ganados un mayor precio, convencidos como están de que pueden llevarse a las regiones más infectadas por ése, sin que acaso se enfermen.La garrapata es transmisora de parásitos microscópicos endoglobulares (Piroplasmas o anaplasmas) que producen dos enfermedades diferenciadas a primera vista, la primera, o sea la ranilla (piroplasmosis), por el síntoma predominante de la orina sanguinolenta, y la segunda, porque carece de este síntoma, denominándose en este caso Huequera en algunos lugares, Peste o Ranilla blanca en otros. Estos parásitos permanecen por espacio de varios años en estado latente, localizados en los glóbulos rojos de la sangre, aunque no produzcan inmediatamente la afección.
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