Oviedo, España
Fundamento. Determinar los conocimientos de los agentes de la policía local (PL) sobre la reanimación cardiopulmonar (RCP) y su disposición para realizarla, así como explorar la asociación entre la formación en RCP y estas variables.Sujetos y método. Estudio descriptivo sobre una muestra de 390 agentes de la PL de Asturias (España). Se utilizó un cuestionario anónimo que midió nueve aspectos básicos sobre la RCP del Consejo Europeo de Reanimación y cuatro indicadores de la disposición para realizarla en situaciones reales. También se recogió información sobre la formación en RCP y su periodicidad, así como variables sociodemográficas y laborales básicas. Resultados. El 19,7% de los PL no había recibido formación en RCP y el 36,4% la había recibido hacía más de dos. El 24,1% habían realizado al menos una RCP en situación real, de los cuales el 9,6% no estaba formado. Los aspectos de la RCP menos recordados fueron la profundidad (11%) y la frecuencia de las compresiones (24,4%). El 49,7% de los agentes se siente con suficiente preparación para realizar una RCP. Los conocimientos y la disposición se asociaron significativamente con haber realizado cursos de formación con una periodicidad menor de dos años.Conclusiones. Dado que los agentes de PL deben intervenir con frecuencia en situaciones de parada cardiorrespiratoria como primeros intervinientes, la formación específica en RCP de los agentes de PL debería ser obligatoria y periódica, con al menos un curso cada dos años. Sería interesante determinar qué instrumentación didáctica es más eficiente para difundir estos cursos entre los policías.
Background. To determine the knowledge and willingness of local police officers (PO) to perform cardiopulmonary resuscitation (CPR), as well as to explore the association between CPR training and these variables.Methods. Cross-sectional study with a sample of 390 PO from Asturias (Spain). An anonymous questionnaire was used to measure nine basic aspects of CPR from the European Resuscitation Council and four indicators of attitude towards performing CPR in a real context. Information on CPR training and its periodicity was also collected, as well as basic socio-demographic and occupational variables.Results. Lack of CPR training was seen in 19.7% of PO, and 36.4% had received such training more than two years ago. Almost one out of four PO had performed at least one CPR in a real situation (24.1%), of which 9.6% had not been trained. The least remembered aspects of CPR were depth (11%) and frequency of chest compressions (24.4%). Only 49.7% of the agents feltsufficiently prepared to perform a CPR. Knowledge and disposition were significantly associated with having received training with a periodicity of less than two years.Conclusions. Given that PO are frequently first responders in situations of out-of-hospital cardiorespiratory arrest, specific training in CPR should be mandatory and periodic, with at least one course every two years. It would be interesting to determine which didactic instrumentation is most efficient for disseminating these training courses among police officers.
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