Europa resiste, a pesar de todo. Aunque en un pasado no demasiado lejano un par de referéndum en Francia y en los Países Bajos sirvió para bloquear el proceso de ratificación del proyecto de Constitución europea, éste fue posteriormente reconducido al posterior Tratado de Lisboa, en que se recogieron los aspectos más sustanciales del fracasado proyecto constitucional. Los apocalípticos creen que el llamado ¿brexit¿ es el preludio de la inmediata disolución de la UE, incapaz de hacer frente a la crisis económica y sus consecuencias sociales y ante los desafíos de la nueva realidad mundial y la hegemonía emergente de grandes potencias.
El acontecimiento del ¿brexit¿ ha despertado las conciencias de los europeos. Lo que queda es la imagen de una UE cuajada de perfiles negativos: déficit democrático estructural, altiva burocracia, instituciones bloqueadas, procesos complejos de codecisión y una oleada de populismos de distinto signo que sólo persiguen la destrucción del sistema de la Unión Europea. Para los críticos y los más apocalípticos, desde un punto de vista geoestratégico Europa sería un perdedor neto de la ¿hiperglobalización¿, pues el eje franco¿alemán hace tiempo que dejó de funcionar, lo que unido a su falta de democracia y de transparencia y su incapacidad para enfrentar la principal catástrofe humanitaria de los últimos tiempos, la oleada de refugiados sirios, haría que nos preguntásemos si podemos seguir afirmando que esto es lo normal y previsible, pues la construcción europea siempre ha salido adelante de sucesivas y periódicas crisis con imaginación.Después de describir algunos elementos de la actual crisis de la UE, el editorial plantea la pregunta: ¿han cambiado los valores fundacionales de la UE? Nuestro editorial se inscribe en una reflexión sobre Europa de esta revista iniciada hace años (los títulos de los editoriales figuran en un cuadro final). Hace cinco años nos pronunciábamos sobre la construcción europea a favor de una consolidación, desarrollo y profundización del sistema constitucional europeo de Economía social de mercado. Propugnábamos entonces resocializar el proyecto europeo con nuevas energías, con nueva claridad, con nueva pasión europeísta. Para salir del actual bloqueo, la UE debe liberarse de ese único modelo de capitalismo neoliberal que está precisamente en el origen de la crisis. A continuación de la introducción, abordamos las instituciones europeas y sus resultados, los producidos por sus políticas agrarias y de cohesión regional, muchas veces ignoradas o silenciadas. No silenciamos, por supuesto, los aspectos más problemáticos o negativos, especialmente la insuficiente respuesta europea ante la grave crisis humanitaria siria que nos pone en evidencia ante el mundo y ante nosotros mismos. Si la capacidad de los gobiernos de las potencias para responder a grandes crisis es tan limitada como se demuestra en estos tiempos, la UE no es una excepción. En el apartado cuarto, sin embargo, presentamos los desafíos con los que se encuentra la UE, con alguna referencia a las políticas españolas desarrolladas a partir del acervo comunitario. El quinto apartado y conclusión nos permite afirmar que la UE es una realidad institucional plenamente consolidada desde hace tiempo, un sistema de economía social de mercado altamente competitiva y solidaria y una aceptable capacidad de insertarse desde un sistema de gobernanza democrática en un mundo hiperglobalizado. Europa puede conjugar una mundialización moderada, la democracia como sistema y la permanencia de los Estados. Nuestra convicción es ésta: la UE está ante una única estrategia realista posible y debe apostar a fondo por ella. Por ello, a pesar de todo ¡Europa!
Europe resists against all odds.Although, in the not�so�distant past, a couple of referenda in France and the Netherlands succeeded in blocking the process of ratifying the draft European Constitution, this was then redirected to the subsequent Lisbon Treaty, in which the most significant aspects of the failed constitutional project were presented. The apocalyptic believe that the so called �brexit� is the prelude to the immediate dilution of the EU, unable to face the economic crisis and its social consequences, the challenges of the new global reality and the rising hegemony of big powers. The �brexit� event has awoken the consciousness of European citizens. What remains is a picture of the EU imbued with negative outlines: structural democratic deficit, haughty bureaucracy, blocked institutions, complex codecision processes and a rising tide of populisms of different political hues which solely seek the destruction of the European Union system. According to the strongest critics and the most apocalyptic, geostrategically Europe would be the major net loser of the �hyperglobalisation�,as the French�German axis ceased to function long ago. Along with this, the lack of democracy and transparency, and their inability to successfully face the main humanitarian catastrophe of recent times, the wave of Syrian refugees, would lead us to wonder whether we can still maintain that this is normal and foreseeable, as the European construction has always found an imaginative way out of successive and recurrent crises.After describing some of the elements of the current EU crisis, the editorial raises the following question: have the EU founding values changed? Our editorial comes within a reflection on Europe that was started years ago in this journal (the titles for the different editorials are shown in a table at the end). Five years ago, we spoke in favour of the development and deepening of the constitutional European system of a social market economy. We advocated the resocialisation of the European project with new energies, new clarity and new passion for Europe. In order to find out a way out of the current impasse, the EU should get away from that single model of neoliberal capitalism which is precisely at the origin of the crisis. Following the introduction, we examined the European institutions and their results, produced by their most of the times ignored or silenced ricultural and social cohesion policies. We do not omit, of course, the most problematic or negative issues, particularly the insufficient European response to the serious humanitarian crisis, which has exposed us to the whole world and to ourselves. If the capacity of governments to response to great crises is as limited as shown in these times,the EU is not an exception. Nevertheless, we will present in part four the challenges that the EU is facing, with some references to the Spanish policies developed on the basis of the acquis communautaire. Part five and conclusion enables us to state that the EU is a long, well�established institutional reality, a highly competitive social market economy geared to solidarity, and with an acceptable capacity to insert itself from a democratic governance system into a hyperglobalised world. Europe can combine a moderate globalization, democracy as system and the permanence of the Member States. This is our firm belief: the EU is facing the only possible strategy and should opt fully for it. For this reason and against all odds, Europe!
L�Europe résiste malgré tout. Malgré le fait que dans un passé non lointain deux référendums, qui avaient eu lieu en France ainsi qu�aux défis de la nouvelle réalité mondiale et à l�hégémonie émergente de certaines grandes puissances. L�événement marquant du «brexit» a provoqué une prise de conscience des Européens. Ce qui en reste est l�image d�une Union Européenne remplie d�aspects négatifs:
déficit démocratique structurel, bureaucratie hautaine, institutions bloquées, processus complexes de prise de décisions et une vague de populismes de différents bords qui ne cherchent que la destruction du système de l�Union Européenne. Pour les critiques et les plus apocalyptiques, L�Europe serait, d�un point de vue géostratégique, un net perdant de «l�hyper�mondialisation », puisque l�axe franco�allemand ne marche plus depuis longtemps. Cela, ajouté à son manque de démocratie et de transparence et à son incapacité à faire face et aux Pays�Bas, avaient servi à bloquer le processus de ratification du projet de la Constitution Européenne, celui�ci a été postérieurement repris dans le Traité de Lisbonne, dans lequel sont présents les aspects les plus essentiels du projet constitutionnel ayant échoué. Les «apocalyptiques» croient que le «brexit» est le prélude d�une très prochaine disparition de l�UE, incapable de faire face à la crise économique et à ses conséquences sociales, à la catastrophe humanitaire des réfugiés syriens, pourrait nous faire nous demander si la construction européenne sera capable de s�en sortir avec l�imagination dont elle a fait preuve après les successives et périodiques crises qu�elle a vécues.
Après la description de quelques éléments de la crise actuelle de l�UE, l�éditorial pose la question suivante : les valeurs fondatrices de l�Union Européenne ont�elles changé ? Notre éditorial s�inscrit dans la réflexion de cette revue sur l�Europe, commencée il y a quelques années (les titres des éditoriaux se trouvent dans le tableau récapitulatif final). Il y a cinq ans nous sommes prononcés sur la construction européenne, en faveur de la consolidation, le développement et l�approfondissement du système constitutionnel européen d�Économie sociale de marché.Nous avons alors voulu promouvoir la resocialisation du projet européen avec de nouvelles énergies, avec une nouvelle clarté et une nouvelle passion tournée vers l�Europe.
Pour sortir de l�impasse actuelle, L�UE doit se libérer de cet unique modèle de capitalisme néolibéral qui est précisément à l�origine de la crise actuelle. Après l�introduction, nous abordons les institutions européennes et leurs résultats, ainsi que ceux produits par les politiques agraires et de cohésion régionale, souvent ignorées ou réduites au silence. Bien sûr, nous n�oublions pas les aspects les plus problématiques ou négatifs, plus particulièrement la réponse insuffisante de l�Europe face à la grave crise humanitaire syrienne, qui nous remet en cause face au monde et face à nous�mêmes. Si la capacité de réponse des gouvernements des grandes puissances face aux grandes crises est aussi limitée, comme nous pouvons le remarquer actuellement, l�UE n�en est pas une exception.
Cependant, dans la quatrième partie, nous présentons les défis auxquels l�Europe doit faire face, avec quelques références aux politiques espagnoles développées à partir de l�acquis ommunautaire.Dans la cinquième partie et dans la conclusion, nous affirmons que l�UE est une réalité institutionnelle pleinement consolidée depuis longtemps, un système d�économie sociale de marché hautement compétitif et solidaire et qui est capable de s�insérer dans un système de gouvernance démocratique dans un monde hyper�mondialisé. L�Europe peut conjuguer une mondialisation modérée, une démocratie comme système et le maintien des États. Voici notre conviction : L�UE est face à une stratégie réaliste possible et doit miser pleinement sur elle. C�est pour cela que nous pouvons dire, malgré tout, L�Europe!
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