María Soledad Sanhueza Poblete
A partir de la filosofía de Hannah Arendt, en este artículo analizaré por qué considero que Chile aún no es un país reconciliado políticamente, a pesar de que han transcurrido 21 años desde el término de la dictadura militar del general Augusto Pinochet. La noción de reconciliación que la autora nos presenta nos llevará a postular la existencia de tres carencias en la comunidad política chilena, que no han podido ser salvadas por las políticas públicas realizadas para incentivar la reconciliación a partir del primer gobierno democrático post dictadura en 1990. Estas carencias son: falta de juicio legal y castigo; falta de responsabilidad y falta de comprensión y juicio (en un sentido facultativo). Todo esto ha llevado a la carencia de un mundo político común y a perpetuar la Asura en la comunidad chilena, lo cual ha impedido una reconciliación social y ha logrado, en su lugar, sólo una convivencia pacífica.
From the philosophical perspective of Hannah Arendt, in this article I will discuss why I believe that Chile is not a country politically reconciled, although 21 years have passed since the end of the military dictatorship of General Augusto Pinochet. The notion of reconciliation that the author demonstrates, leads us to state the existence of three gaps in the Chilean political community. This could not be prevented by the policies implemented to promote reconciliation after the first democratic government in 1990. Those gaps are: lack of trial and punishment, lack of responsibility, as well as lack of understanding and judgment. This has led to the absence of the common political world and perpetuated the fracture in the Chilean community, which has impeded a social reconciliation, and, in its place has achieved nothing more than a peaceful coexistence.
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