La casa de Bernarda Alba es comúnmente descripta como una prisión en la que Bernarda ejerce una tiranía implacable sobre los suyos y en la que cualquier impulso de liberación es sofocado. El acceso de Pepe el Romano a su hija Adela revela, desde esta perspectiva, un claro fracaso de su estrategia represiva. En el presente trabajo, analizaremos esta obra desde un ángulo diferente, el del pensador francés Michel Foucault, quien cuestiona la idea del poder como fuerza opresiva a la que se contrapone un impulso vital que pugna por liberarse. Esta perspectiva nos permitirá repensar las relaciones de poder dentro de la casa, así como algunas cuestiones que las perturban: la fragilidad que exhibe como prisión, el fracaso de la vigilancia de Bernarda y la confesión final de Adela.
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