Al abordar los estudios críticos acerca de La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, se puede observar una predominación de la idea de que Bernarda es un personaje masculino. El siguiente trabajo trata de demostrar que el personaje de Adela también posee rasgos masculinos. Desde la Antigüedad, los ideales de la mujer han sido los de permanecer en el recinto del hogar, en silencio y carentes de vida pública. El hecho de que, en la obra, Adela se rebele a esta disposición que le impone la sociedad y su propia madre la hace poseedora de los rasgos que, según el pensamiento antiguo, son propios del hombre. Su rebelión frente al poder establecido se manifiesta de muchas maneras, pero, en última instancia, cuando ya no quedan más posibilidades, la última libertad está en morir.
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