Armando Romero Ortega, Teresa Sanz Cabrera
Existe una tendencia generalizada en América Latina por transformar la educación superior a partir de los criterios de excelencia y calidad que se han posicionado en los últimos años, para ello se han implementado complejos sistemas de evaluación y acreditación para las universidades, cuya incidencia empieza a notarse. Esta tarea se vuelve urgente y necesaria en una región donde la universidad, como institución, tiene muchas deudas sociales. Sin embargo, estos deseos de transformación pueden verse afectados cuando los medios destinados a proporcionar información no reflejan la esencia del problema y se quedan en la periferia. El presente trabajo recoge la experiencia de la carrera de Pedagogía de la Universidad Politécnica Salesiana de Ecuador, donde los indicadores de eficiencia terminal han crecido considerablemente en los dos últimos semestres con la implementación del nuevo reglamento de régimen académico del Consejo de Educación Superior; pero, paradójicamente, la formación investigativa de los estudiantes, a juicio de los autores, está siendo afectada porque el marco normativo actual otorga mayor importancia al número de graduados que a su proceso de adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes investigativas. Es decir que lo cuantitativo se impone a lo cualitativo, con lo cual se ve comprometida la identidad misma del futuro docente en un contexto donde se vuelve imprescindible la figura del docente investigador y transformador de sus prácticas educativas.
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