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Parejas de hecho y acceso a la pensión de viudedad: elementos de un modelo que convendría generalizar

    1. [1] Universidad Rey Juan Carlos

      Universidad Rey Juan Carlos

      Madrid, España

  • Localización: Revista del Ministerio de Empleo y Seguridad Social: Revista del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, ISSN 2254-3295, Nº. 129, 2017, págs. 47-68
  • Idioma: español
  • Títulos paralelos:
    • Common law partners and access to widowhood pensions: from a model that should become widespread
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      Se analizan las condiciones en las que el Régimen General de la Seguridad Social integra a los miembros de las parejas de hecho en el ámbito subjetivo de la protección por viudedad. Se parte del primer antecedente del reconocimiento normativo en el Código Civil, pasando por la Ley 40/2007, de 4 de diciembre, de medidas en materia de Seguridad Social, hasta llegar a la regulación actual en el Capítulo XIV del Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social aprobado por Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre.

      A continuación, merecen estudio particular los requisitos que el art. 221 de la Ley General de la Seguridad Social exige a las parejas de hecho en orden a entenderlas contempladas en el ámbito de protección por viudedad, así como su recepción por la jurisprudencia constitucional y ordinaria. Una primera aproximación a los mismos ya permite apreciar con claridad la preferencia legal por la fórmula del matrimonio, denotando cierta desconfianza respecto de la convivencia more uxorio. Preferencia que es defendida por el Tribunal Constitucional al precisar que no son situaciones equivalentes, de modo que el legislador es libre de establecer consecuencias distintas en uno y otro caso, y desconfianza que también comparte el citado Tribunal cuando entiende justificado el distinto trato por motivos de seguridad jurídica y evitación del fraude.

      En este estudio pormenorizado de los elementos esenciales para el acceso a la pensión de viudedad por parte de los miembros de parejas de hecho, se analiza la exigencia de que se trate de una relación de afectividad análoga a la conyugal, destacando las dificultades que presenta esta remisión por analogía a un concepto jurídico indeterminado que en la regulación del matrimonio ni siquiera se menciona. La ausencia de impedimentos para contraer matrimonio se aborda a continuación, con especial mención del caso en que un matrimonio legalmente separado reanuda su convivencia, pero sin poner la reconciliación en conocimiento del Juzgado, como requiere el art. 84 del Código Civil para hacer cesar los efectos de la separación judicial.

      La exigencia de una convivencia establece y notoria con carácter inmediato al fallecimiento del causante y con una duración ininterrumpida no inferior a cinco años, supone una diferencia de trato respecto de los matrimonios –en los que la convivencia pierde relevancia a efectos de lucrar la pensión de viudedad–, si bien la distinción se diluye desde el momento en que la vida en común puede acreditarse simplemente con el dato formal del certificado de empadronamiento. Interesa, en este punto, señalar la progresiva flexibilización de jurisprudencia y doctrina judicial a la hora de admitir otros medios de prueba de la convivencia.

      Otro elemento distintivo respecto de los matrimonios es que a las parejas de hecho se les exige que acrediten su existencia mediante un acto formal de constitución que ha debido tener lugar al menos dos años antes del hecho causante. A estos efectos, el conviviente supérstite ha de aportar la certificación de la inscripción de la pareja en alguno de los registros autonómicos o locales o el documento público en el que conste tal constitución, debiendo tenerse en cuenta la sentencia 40/2014 del Tribunal Constitucional, que declaró nula la previsión legal que descentralizaba territorialmente este aspecto en aquellas Comunidades Autónomas que contaran con Derecho Civil propio.

      Finalmente, el conviviente supérstite sólo accederá a pensión de viudedad si acredita una insuficiencia de rentas, o su merma considerable a raíz del fallecimiento del causante, lo que otorga a la prestación un perfil de carácter más asistencial. A este respecto, se critica que la exigencia de dependencia económica se requiera sólo en caso de parejas de hecho y no a los cónyuges.

      Tras las observaciones precedentes se concluye que a día de hoy existe un doble régimen de pensión de viudedad, según que el beneficiario proceda de un vínculo matrimonial o de una relación more uxorio. Ello es debido, fundamentalmente, al interés del legislador en continuar primando al matrimonio, a pesar de que, en realidad, las condiciones de acceso de las parejas de hecho a la pensión de viudedad se ajustan mucho mejor a la verdadera finalidad de la prestación. Por tanto, el tratamiento dado a estas últimas podría servir de modelo para una deseable reformulación de la pensión de viudedad que le permitiera recuperar su sentido originario.

    • English

      This paper analyses the conditions under which the General System of Social Security integrates common law partners within the subjective scope of widowhood benefits. It begins with the first case of legal recognition in the Civil Law and continues with Law 40/2007 of 4 December on measures regarding Social Security, ending with the current regulations in Chapter XIV of the Consolidated General Law of Social Security approved by Royal Decree 8/2015 of 30 October.

      Then, a particular study is deserved to the requirements that Article 221 of the General Law of Social Security ask common law partners in order to be entitled to widowhood benefits as well as to the reception of the constitutional and ordinary jurisprudence. A first approach to them allows to clearly see the legal preference for the formula of marriage, showing a certain distrust in relation to cohabitation more uxorio. This preference is defended by the Constitutional Court arguing that they are not equivalent situations, so that the legislator is free to set different consequences in each case, and this distrust is also shared by the aforementioned Court as they understand that the different point of view is justified on grounds of legal security and avoidance of fraud.

      In this detailed study of the essential elements to be entitled to a widowhood pension by any member of the partnership, we emphasize the fact that this emotional relationship is similar to marriage, highlighting the difficulties of this reference to an indeterminate legal concept which is not even mentioned in the regulation of marriage. The absence of impediments to marriage is addressed below, paying special attention to the case where a marriage legally separated resumes cohabitation, but without informing the Court about their reconciliation, as required by Article 84 of the Civil Law to halt the effects of legal separation.

      The requirement for stable and evident cohabitation with immediate effect at the death of the deceased and with an uninterrupted period of at least five years, makes a difference of treatment with marriage, in which cohabitation becomes irrelevant in terms of being entitled to a widowhood pension, although the distinction is diluted from the time when living together may be credited simply by a formal certificate of registration. At this point, it is interesting to point out the gradual relaxation of jurisprudence and judicial doctrine when admitting other evidence of cohabitation.

      Another distinctive feature regarding marriages is that common law partners are required to prove their cohabitation through a formal act of signing that had to have taken place at least two years before the causal event. For this purpose, the surviving cohabitant must provide certification of registration of the couple in any of the regional or local registers or a public document stating such registration, taking into account the ruling of the Constitutional Court 40/2014, which annulled the legal provision that decentralized this aspect in those autonomous regions which had their own Civil Law.

      Finally, the surviving cohabitant will only be entitled to the widowhood pension if he/she proves insufficient income, or a significant reduction of it after the death of the deceased, which gives the pension a profile of a more welfare nature. In this regard, it is criticized that the requirement of economic dependency is only required to common law partners and not to spouses.

      Following the above observations, we conclude that today there is a double widowhood pension scheme, depending whether the beneficiary comes from a marriage or a relationship more uxorio. This is due mainly to the interest of the legislator to continue giving priority to marriage, although in reality the requirements for common law partners to be entitled to widowhood pensions are more related to the real purpose of the benefit. Therefore, the treatment given to the latter could serve as a model for a desirable reformulation of widowhood pensions that would allow them to recover their original aim


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