La sequía, agravada por el cambio climático y las malas políticas gubernamentales, ha forzado a más de un millón de sirios a abandonar sus tierras para mudarse a ciudades superpobladas. Según sus testimonios, las restricciones de agua, la degradación del suelo y la corrupción dispararon la revolución.
Debido a la falta de trabajo y la subsiguiente violencia, un gran número de sirios ha huido a Turquía para cruzar el mar desde allí y llegar a Grecia. Cientos de adultos y niños han muerto ahogados por el camino.
Según los climatólogos, las sequías serán cada vez más frecuentes y severas, una tendencia que podría extenderse por Oriente Medio y la región mediterránea.
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