Daniel Casal asumió el pasado mes de enero la presidencia del capítulo español de la IAA, de la que ya era vicepresidente y donde toma el relevo de Fernando Ocaña. Por delante tiene cuatro años para, desde esta posición, intentar devolver a la industria un brillo que la crisis ha empañado, así como también dotar de valor a la condición de socio de esta organización que defiende pero, admite también, "es un dinosaurio". Agilizarla, cambiar su percepción y utilizarla para exportar la imagen creativa del país son algunos de los retos que se plantea.
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